Decálogo de perfecto cuentistas (1927)¹
I. Cree en el maestro Poe, Maupassant, Kipling, Chejov como en Dios mismo.
II. Cree que tu arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo lo conseguirás, sin saberlo tú mismo.
III. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que cualquier otra cosa el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia
IV. Ten fe ciega no en tu capacidad para triunfar, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
V. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra a donde vas. En un cuento bien logrado las tres primeras líneas tienen casi la misma importancia que las tres últimas.
VI. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba un viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarlas.
VII. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
VIII. Toma los personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que le trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada en ripios. Ten esto por una verdad absoluta aunque no lo sea.
IX. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirlo tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
X. No pienses en amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si el relato no tuviera interés más que el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en un cuento.
¹Quiroga, Horacio. "Decálogo del Perfecto cuentista (1927)". En Cuentos de la selva y otros cuentos". México DF: Grupo Editorial Tomo, 2003. p.7-8. ISBN 970-666-789-X
guau me sirvio de mucho muchas gracias
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